Por Andrea Barnabe

El Alma

Tomando desde la física cuántica como creación de todo lo que tiene vida en el universo y mecánica de funcionamiento de eso creado, para la raza humana en la tierra, el alma es un fractal muy pequeño bajado de la antimateria a la materia, ya que la fuente creadora Nebadon está en antimateria.

Por cuanto un fractal de Nebadon, es reducido en fractales cada vez más chicos, quitándole frecuencia electromagnética para obtener una frecuencia más básica. Ese fractal de la luz del espíritu de la fuente del mismo creador, es envasado en una esfera de electrones, así el espíritu del creador se envasa en lo que se llama alma, esta se ensambla al cuerpo humano mientras se forma el feto en la panza de una madre. En antimateria se vibra con altísimo voltaje electromagnético, por eso se le va quitando voltaje hasta llegar al compatible con un cuerpo básico de 3ra dimensión, la más densa y donde menos se vibra. 

El alma (campo de electrones) ingresa en etérico por el chacra corona, también llamado puente antakarana, que es un portal para estar en directo con la fuente creadora. Luego de pasar ese portal se transforma físicamente, se densifica y se aloja en el neocortex cerebral como voltaje electromagnético, entre el cuerpo calloso y la glándula pineal, para luego siendo adultos y necesitar esa conexión con la fuente, podemos hacerlo a través de la maquinaria de glándula pineal, pituitaria, hipófisis.

Para la 3ra dimensión los genetistas estelares anteriores (Enki con su plantel médico), hacían ingresar el alma a los 3 meses de gestado el feto, actualmente entra a los 49 días de gestado el feto. Para no mandar el voltaje de golpe que contiene el alma, y que se acomode despacio en el cuerpo, la instalación total del alma en el cuerpo calloso tarda todo el primer septenio. 
Así en la fuente Nebadon se clonó informáticamente una Monada, el alma del mismo creador con toda su información contenida en una esfera grande de electrones, una réplica del mismo creador. De esta monada se va fractalizando en pequeñas monadas hasta llegar a la última fase donde se fractaliza en 12 fractales como mínimo y 144 como máximo.

Dentro de estos últimos es donde se fabrican las almas y ya no tienen más alteración, son eternas, infinitas, inalterables, inagotables, el alma jamás varía. Lo que cambia siempre, para que esa alma trate de hacer mayor experiencia, es lo que viene a hacer o si está en servicio, ya sea a este planeta u otro, como humano u otro reino como por ej. vegetal (árbol), animal, variando plenamente el envase que va a habitar esa alma.

Entonces el creador puede experimentar en la materia a través de sus fractales, siendo estos fractales nosotros mismos experimentando en la materia. Somos un fractal del mismo creador, co-creadores con el creador, somos dioses en la tierra.